El índice de desarrollo humano lo ubica en el lugar 149 entre los 183 estados considerados. Otros datos hablan claro: el 60 por ciento de los casi nueve millones de habitantes sufren desempleo, y sólo el 3,4 por ciento tiene esperanzas de superar los 64 años de vida.
Gran parte de la población vive con menos de dos dólares al día, en tanto la tasa de alfabetización no supera el 45 por ciento.
Otros datos económicos señalan un alto déficit con el exterior y una balanza comercial constantemente en pasivo pese a las exportaciones de café, azúcar, mango y bananas, productos típicos de Haití, que ocupa junto con la República Dominicana la isla Hispaniola, la mayor del Caribe.
Las calamidades naturales agravan la situación: como el huracán Jeanne, que en octubre de 2004 causó más de 3.000 muertos en un país apenas salido de la revolución popular contra el presidente Jean-Bertrand Aristide.
Sin embargo, la historia no reciente del país es mucho más gloriosa. Haití fue el primer territorio latinoamericano en obtener la independencia de Francia, el 1° de enero de 1804.
Fue la primera república "negra" (el color del 95 por ciento de la población) en conquistar la autonomía, obtenida en parte gracias a una violenta revuelta de los esclavos.
Sin embargo, a este comienzo prometedor le siguieron décadas de inestabilidad, de golpes de estado, de ocupación extranjera, oficial y no oficial.
Entre los más conocidos dictadores haitianos sobresale Francois Duvalier, "Papa Doc", que gobernó el país en el terror desde 1957 hasta su muerte, en 1971. En los mismos años, la revolución castrista en Cuba contribuía a hacer de la región un gran rompecabezas para la política exterior norteamericana.
Hoy el presidente es René Preval, que también condujo el país entre 1996 y 2001, cuando fue el primer mandatario en dejar el poder "espontáneamente" al final de su mandato.
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