domingo, 17 de enero de 2010

♣ ARGUEDAS Y EL PULSO VITAL DE LA MODERNIZACIÓN (Parte II)


Con motivo de (REFLEXIÓN) en un aniversario mas de la muerte de Jose Maria Arguedas, 18 de enero- el Foro-Red Paulo Freire, entrega a Uds. trabajos sobre su vida y significado. El primero va:
ARGUEDAS, FORJADOR DEL PERU MODERNO
Vicente Otta R.

“Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que
orgullosamente, como un demonio feliz habla en
cristiano y en indio, en español y en quechua”
J.M Arguedas


PARTE II


EL PULSO VITAL DE LA MODERNIZACION

No son pocos los que han querido fijar a Arguedas como indigenista. Sin duda el mas ilustre y encopetado letrado que ha querido endosar esta ubicación al escritor andahuaylino ha sido Mario Vargas Llosa, quien para dar visos de rigor a este despropósito escribió un libro de ensayo bastante extenso, La utopía arcaica, en el año 1996.

Mas las obras hablan por si mismas (por sus obras los conocerás, dijo el señor). De acuerdo a lo mencionado anteriormente, el itinerario de la creación arguediana, que transcurre del interior del país a la capital, del mundo rural- indígena al mundo urbano-criollo, marca el flujo de una dinámica que implica tránsito y tensión entre la tradición y la modernidad. Esta tensión atravesada por las contradicciones entre los cambios y permanencias en lo económico, social y sobre todo cultural, es lo que caracteriza toda la obra que sustenta el horizonte creativo de Arguedas.

Arguedas no solo era consciente del proceso modernizador en curso, si no que seguía su evolución de manera atenta. Sus trabajos sobre el mestizaje (fenómeno que caracteriza como hecho cultural, esencialmente), sobre las comunidades en el valle del Mantaro (donde observó las transformaciones que producía la penetración de las relaciones mercantiles), y de modo especial los cambios en las letras, melodías e instrumentos en la música indígena y el huayno en particular, no son otra cosa que un minucioso seguimiento de la modernización en curso.

Lo que estaba en discusión para Arguedas, era la aculturación que este proceso podría implicar, hecho al que se oponía decidida y abiertamente. Toda su vida y su obra estuvieron al servicio de la construcción de una patria de todas las patrias (todas las sangres, le llamó él), en que convivieran y se integraran los mundos indígena y occidental, con lo mejor que cada uno podía y tenía que aportar. Desde su punto de vista, la modernización no tenía que significar la renuncia del mundo indígena al valioso patrimonio cultural y social que había acumulado en milenos de existencia.

“ El otro principio fue el de considerar al Perú como una fuente infinita para la creación… En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta que tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros”, Palabras de Arguedas en el acto de entrega del premio “Inca Gracilazo de la Vega”, (el actual boom gastronómico, el auge de la cumbia andina, entre otros fenómenos culturales, no tienen algo que ver con esta afirmación?). Este era el tema que preocupaba al creador de Todas las sangres. Solamente los euro centristas consumados (extranjeros en su propio país los denominaba el novelista), podían asumir que la modernización significaba, simple y llanamente, la asunción de las técnicas, epistemología, artes y valores de occidente, puesto que los saberes y creaciones de los pueblos indígenas tenían que ser desechados, en tanto eran cosas anacrónicas, inútiles y de mal gusto.

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