Ecología de los Bosques Nublados.
Ocurre en estos bosques, el proceso de la “precipitación horizontal”, que es “el ingreso de agua al ecosistema condicionado por procesos de condensación de humedad de nubes o neblina en las superficies de la vegetación, o por medio de captación directa de gotitas de nubes “. Thomas Stadmüller, Ob. Cit. El Censo Nacional Agropecuario de 1995, daba una superficie de 28,288.54 hás, con 13,803.94 hás. de “Montes y Bosques”. Esto quiere decir, que el área coberturada con vegetación casi alcanza el 50% del total. Se ubican entre los 1800 msnm hasta casi los 3000 msnm, en los flancos de la Cordillera Occidental de los Andes en Kañaris, extendiéndose desde la frontera con Querocotillo –Montañas de San Lorenzo- hasta la Cuenca de Motupe, en el Bosque de Luto y estribaciones del cerro Mamawaka, Chiñama.
En diferentes ediciones de este valioso Suplemento El Dominical, hemos dado a conocer la importancia de estos Bosques Montano Relicto, así como en publicaciones universitarias científicas y culturales, además de diversos eventos académicos, como Congresos Nacionales de Botánica. Los vientos alisios de la Cuenca del Marañón y del Huancabamba, durante las mañanas y al atardecer, transportan las masas nubosas a los Bosques situados en los flancos montañosos, cubriéndolos con una cobertura nublosa extraordinaria, como observé directamente a partir de las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde el día 08 de enero del 2010, iniciándose una densa concentración de neblina; precipitándose a través de las hojas del dosel, hacia el follaje e impregnando las epífitas de este bosque, como los helechos postrados, epífitas, musgos, líquenes. Por eso, los franceses denominan también a estos paisajes montanos, como ´´Selva de líquenes´´.
En estos instantes, se escuchan los graznidos de los paujiles y las pavas de montaña. La naturaleza, en este paisaje, ha evolucionado desde el Jurásico, con la Formación Geológica Tinajones, en estos flancos montañosos, de acuerdo con las muestras de vegetales fosilizados, colectados en plena montaña de Upaypitiq, como los helechos del género Weichsellia. La densidad es tan alta, de la neblina, que este ambiente queda casi oscuro y, a lo lejos, sólo se escuchan los trinos de aves y los reclamos de los crecidos. Entonces, parece que estuviésemos, en otro paisaje, casi encantado, pero por la vida natural. Se ha estimado una precipitación pluvial de 2000 mm/cm de lluvia, pero según mi observación directa, supera los 2600 mm/cm con una densidad florística estimada en 1500 árboles/hectárea.
El día 08-01-2010, de la cima del Abra de Upaypitiq, un Abra localizada a una altitud de 2700 msnm, traían troncos aserrados de los forestales de Paltilla, roble amarillo y, maderas aserradas del ´´árbol de la Quina´´. Así, el Plan y Estrategia de Conservación, no existe en esta zona y, las palmeras andinas del género Ceroxylon latisectu, los helechos arbóreos, Nephelea erinacea, los panchos, género Weinmannia, las lauráceas, cascarilla, chachacomas, lanche; entre otros, están depredados, quedando sólo rodales de palmeras andinas.
Quemar, talar, rozar, destruir, son las actividades predominantes, por parte de la ambición de las personas foráneas, de un ecosistema esplendoroso, único ahora, en esta altitud en la Región Lambayeque y, en el norte del Perú. No descienden a los bosques, los numerosos osos de anteojos, tampoco el tapir de montaña –Tapirus pinchaque-, se ha alejado el Tigrillo, pumas; tampoco, aparecen los Kasha pululu o armadillos pilosos –Daypus sp.-; pero, huraño, en estos bosques, aún está el majaz, conocido como añuje; tampoco el mangujo, zorros y un rarísimo carnívoro –tal vez cánido-, llamado Urranza; los coromonos, se han alejado, parece que están extintos, y también los primates pequeños de las montañas de Tute; en la Montaña del Oso, en Pandachí, sólo queda el topónimo y, hasta el picaflor de plumaje multicolo, el pilko, chiroque, crecidos, Quién Quién, no se divisan; con la extraña perdiz, y los enjambres de avispas, con aves nocturnas y, dípteros de casi 30 cm de extensión; el aroma de las ecohormonas de los añaz, asciende a estos ambientes; donde existe la Kashka en sus ríos y unos indeterminados micranimales de agua dulce, encerrados en un diminuto cuerno de casi 1 cm de longitud; ahora, las liebres silvestres, el tucán andino de los Bosques de El Pabellón, cerca de Congona y el prodigioso, Gallito de las Rocas, son un recuerdo de lo que hubo.
Prioridad para su urgente Conservación.
Actualmente, la extracción de madera, extensión de la superficie agrícola, quema sistemática de los bosques, construcción de vías carrozables y ausencia de un Plan de Conservación de los Bosques de Neblina, inciden en su destrucción general. El 18 de diciembre del 2009, realizamos un viaje de estudio a los Bosques Montanos Relicto de Kañaris, autorizados por la Gerencia de Recursos Naturales del Gobierno Regional de Lambayeque, en el contexto de Declararlos Areas Naturales Protegidas en Lambayeque; Gerencia dirigida por el Ingº, Juan M. Sandoval Valdivieso y, el Sub Gerente , Ingº, William Mendoza Aurazo, en estos bosques, con el representante de Cooperación internacional para la Conservación de los Bosques Secos del Norte del Perú, Ingº, Aníbal Calderón Vargas; en este viaje de estudio, estuvimos, el MSc. Santos R. Llatas Quiroz, Ingº Oscar Uchofen Mena –Especialista en SIG- y, comprobamos in situ, la acelerada destrucción que viene sucediendo: el fuego calcinaba esta maravilla natural del pueblo kañarense, de la Región Lambayeque y de nuestra patria.
Es por eso, que es ineludible su inmediata conservación, ante la extinción de estas fuentes de vida natural, procesos geoquímicos, recursos fitogenéticos y recursos bióticos para el campesinado cañarense, por cuanto este bosque montano relicto se encuentra en franco proceso de destrucción, con la actividad de tala, rozo y, hasta el impacto negativo de la construcción de vías de acceso, como las trochas carrozables.
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