Colgados en la teta del sistema
Hace unos meses me preguntaron, por qué el sistema capitalista liberal está teniendo una larga agonía, pues Lenin (Que dirigió la revolución proletaria de Rusia en 1917) había dicho los primeros años del siglo anterior que era “parasitario y agonizante”.
Un auditorio de más de 100 profesores jóvenes donde poquísimos tenía cultura política particularmente de marxismo, nos demuestra que la mencionada concepción ideológica y política sigue siendo silenciada por algún temor profundo ¿Porque representa al pueblo explotado? O ¿Por qué es la nueva ideología de la nueva sociedad del futuro?
Una buena pregunta por cierto para aquellos que soñamos con una nueva sociedad, con un sistema social verdaderamente justo. Buena pregunta que tiene un conjunto de respuestas y que el mismo Lenin las contestó y las repetí al auditorio que me estaba escuchando y quiero también compartir con mis ocasionales lectores de este mi blog:
No basta que el capitalismo esté agonizando, no basta que la gente sueñe, quiera un nuevo sistema, sino, sólo cuando los "de abajo" verdaderamente no quieren y los "de arriba" no puedan seguir viviendo a la antigua, sólo entonces se producirá la transformación social.
La situación anterior se forja y prepara con educación y cultura a todo dar por otras necesidades fundamentales que la experiencia histórica del esclavismo y el feudalismo en su transformación y desaparición como sistemas dominantes nos enseñan como por ejemplo lo que el mismo Lenin de acuerdo también a su experiencia revolucionaria dice: Necesidad de una teoría revolucionaria; Necesidad de un partido revolucionario, dirigido por esa teoría; la necesidad de analizar el sistema capitalista liberal como imperialista, es decir como economía mundial monopólica, porque el imperio (pocos países: 7 actualmente) lo controla todo y los países y naciones en particular han dejado de ser autónomas y están esclavizadas financieramente y culturalmente. Recomiendo estudiar el Materialismo Histórico, está todo.
Finalmente que los obreros, campesinos, intelectuales y demás trabajadores pequeñoburgueses en su mayoría sean más firmes y decisivos, hablen más claro y directo las cosas y estén dispuestos a entregar lo mejor de sí por una nueva sociedad, en forma franca y leal, conscientemente y reflexivamente. Sin embargo, pocos pueden irrogarse esa altura progresista.
La gran mayoría que dicen querer una nueva sociedad, siguen colgados en la teta del sistema. Establecen una crítica fría y ambigua para no molestar a los liberales y para no ser marginados. Nadan con el sistema
Los que supuestamente hablan claro y son directos no pueden con su individualismo y sectarismo y se dividen por cualquier cosa, mientras los liberales se unen por cualquier cosa. Esa es la razón por la que hay más indiferentes que activistas, más indiferentes que propagandizadores
Qué bien hablan de la nueva sociedad, pero poca práctica, no se han sacudido todavía íntegramente de la influencia perniciosa de los que defienden el sistema (la burguesía y sus acólitos). El día en que la gente hable y practique lo que habla comenzará el final del actual sistema capitalista liberal. No basta la actitud, sino debe haber cambio de actitud. La indiferencia es la peor de las traiciones.
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