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Mientras en países europeos como Francia, Alemania, Grecia, Hungría, etcétera se ha prohibido hace tiempo el cultivo del maíz Mon 810 de la transnacional Monsanto, como protección a la salud de su población; en el Perú preocupa la indiferencia de los gobiernos de turno, más el aprista liberal actual.
Mientras en países europeos como Francia, Alemania, Grecia, Hungría, etcétera se ha prohibido hace tiempo el cultivo del maíz Mon 810 de la transnacional Monsanto, como protección a la salud de su población; en el Perú preocupa la indiferencia de los gobiernos de turno, más el aprista liberal actual.
Ordenar etiquetar los alimentos transgénicos, sería una acción excelente del aprismo, pero, eso es como pedir un milagro, porque ni siquiera se dignan debatir la Ley 2601 que obra en el Congreso, cuya medida principal es etiquetar los transgénicos que ya están en nuestras mesas y no sabemos cuáles son.
Tanta es la capacidad liberal del presente gobierno que se escuchan voces por sus alargados bolsillos que están ofreciendo oficializar su libre ingreso y consumo de estos alimentos cancerígenos, por una dieta monetaria personal en cuentas suizas. Son capaces, pues han demostrado no interesarles la salud de los consumidores, del ambiente y menos de la biodiversidad. Por eso les reventó el “Baguazo”.
Sabemos que en nuestro continente poblaciones conscientes vienen defendiéndose solas frente a este flagelo capitalista liberal. El año pasado por ejemplo Greenpeace, organización ecologista y pacifista internacional, económica y políticamente independiente, denunció al presidente mexicano, Felipe Calderón, por negociar y permitir la siembra experimental de maíz transgénico en su país, inclusive infringiendo su propia legislación ambiental. En nuestro país, el maíz amarillo es transgénico.
Recordar también que gracias a los transgénicos, el mundo se está llenando de más obesidad, alergias, principalmente las bronquiales en los niños recién nacidos y los niños en general porque al parecer según la misma Greenpeace más del 60% de los productos de soya comercializados mundialmente (margarinas, aceites y leche) son elaborados con soya transgénica. LUEGO ESTÁ EL MALDITO CÁNCER.
Que hace el Ministerio de Salud, de Agricultura, el Ministerio del ambiente. Desde esta tribuna exigimos que cumplan su papel y exigimos un territorio libre de estos alimentos asesinos.
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