domingo, 17 de julio de 2011

♣ CRECIMIENTO ECONÓMICO ¿CUÁL CRECIMIENTO ECONÓMICO?

Contraste. Queda en San Juan de Miraflores y es el sector más pobre de Lima. Populoso sector está a solo 20 minutos del Centro de Lima y sus pobladores viven sin luz ni agua, y seguros. Dicen que los políticos solo los buscan por votos.

Luis Velásquez C.


Luisa Huallpa está cocinando en una pequeña olla ennegrecida. El menú de hoy: cau cau con arroz y sopa de fideos. Es un día especial, de modo que su esposo, Efraín Carrizales, estuvo de acuerdo con ella en que podían gastar un poco más de los seis soles que habitualmente destinan para la comida. 

Es sábado, a él le toco descansar en la panadería en la que trabaja en las madrugadas, los niños no han ido al colegio y ella no tuvo que lavar ropa para ningún extraño. 

Además están contentos porque un dirigente del asentamiento humano San Juan de Vista Alegre, en lo alto del cerro de La Rinconada, les ha permitido jalar luz desde su casa para ver el partido entre Perú y Colombia.

Desde la cocina de Luisa, que también es el comedor y la sala de la casa, podríamos ver las viviendas de esteras y calaminas en las que viven otras familias, compartiendo el espacio invadido con chanchos o cabras que crían para vender en los mercados de Pamplona, pero la neblina y la garúa lo impiden. 

¿Crecimiento?, ¿cuál crecimiento?
Efraín no quiere hablar de política. No cree en los partidos ni tampoco en los políticos, pero no oculta su indignación cuando escucha decir a un ministro o al presidente  García que hemos avanzado.

“¿Avanzado?, ¿adónde? Nosotros seguimos sin luz, sin agua, sin títulos, pistas ni veredas. Que no me vengan con mentiras”.  
Pag 13 La Republica 2011-07-17El obrero dice estar cansado de que cada cuatro o cinco años los visiten los candidatos y luego los olviden. “Han venido todos, 
Alan, Toledo, Humala, PPK, Lourdes y Susana, para ofrecernos ayuda. Además, congresistas y hasta nuestro alcalde cuando fue candidato, pero ya ve, nadie ha cumplido”, cuenta.

El lamento de este hombre es compartido por su esposa, quien todos los días debe hacer magia para llenar la olla y los estómagos de sus cuatro hijos.

También por su vecina Rosa Taboada, que divide su tiempo en ir a reclamar al municipio de San Juan de Miraflores, dos veces por semana para que haya más seguridad en La Rinconada, que es el sector más pobre de Lima; y en llevar a su hija Fiorella, de 16 años, a que reciba terapia en el hospital María Auxiliadora.

Doña Rosa es identificada como una madre coraje en la zona. Enfrenta sola la desventura de atender a su hija que sufre de una lesión cerebral y una malformación cardiaca, y ver por su niño de 12 años, Bryan, que es su única fuerza.

Esta mujer recuerda que Susana Villarán ofreció a todos los vecinos de La Rinconada ayuda legal para sanear sus terrenos, y a ella, apoyo económico y médico para su hija. Todavía la sigue esperando.  

En otro punto, Andrea Alegre espera con angustia la llegada del camión aguatero. Carga en brazos a su segunda nieta, mientras vigila que la primera no se acerque al fogón en el que cocina con leña. 

Ella tampoco sabe de crecimiento económico ni ha sentido que las cosas hayan mejorado en los últimos cinco años. “Ni me hable de eso. Acá no ha llegado nada de ese crecimiento, acá solo hay pobreza y olvido. Aquí nadie quiere ver a los políticos”, señala.

Con cinco soles diarios
“Acá la gente se muere de frío y por las enfermedades que traen los corrales y criaderos de chanchos”, agrega el dirigente José Mego Fernández, quien se ha asomado por la ventana de su casa para ver si dejó de llover.

Este trabajador independiente señala que en La Rinconada, repartidos en sus más de 110 asentamientos humanos, viven alrededor de 20 mil familias, las cuales dependen de magros ingresos diarios que oscilan entre 5 y 10 soles.

“Acá, a solo 20 minutos de Lima, se vive la pobreza real. Las autoridades lo saben, pero prefieren ignorarnos. Acá la mayoría ha votado por Ollanta, pero ya sabemos que todos los políticos son iguales. Después de venir a tomarse unas fotos se olvidan y no regresan hasta las siguientes elecciones”, agrega.

Son las tres de la tarde y dejamos el lugar en medio de una fina garúa. A la distancia oímos algunos gritos. ¿Será un gol de Perú? Quién sabe, a lo mejor recibieron la noticia de que la ayuda ha llegado con el nuevo gobierno. 

La Rinconada, antes conocida como La Chanchería, fue propiedad de una asociación agropecuaria. Tras ser invadida de manera sucesiva desde la década del 80, se ha convertido en refugió de todos los nuevos residentes de Lima.

Sin salud ni seguridad 

La población de La Rinconada carece de puestos de salud y casetas de serenazgo; además de servicios básicos, escaleras, barandas, pistas y veredas. En la quebrada que es formada por cuatro cerros viven alrededor de 20 mil familias, algunas de las cuales crían cerdos y cabras y reciclan desperdicios.

El gobierno intentó poner en marcha un programa similar al Hambre Cero de Brasil, pero no fue concretado. Sólo dejó un módulo del programa Crecer y un wawa wasi.

Recientemente la municipalidad de SJM y el municipio metropolitano llevaron a cabo la campaña “Abrigemos al sur de Lima”, pero la cobertura fue escasa debido a que el centro de atenciones no se montó en La Rinconada. Lo que la población requiere ahora es calaminas y ropa de abrigo.

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